martes, 23 de febrero de 2010

TIEMPO NO VIVIDO.

Mi infancia fue muy feliz, sin embargo, antes de entrar en ella debo rendir un homenaje a mi abuelita María Reyes.

Nacida en familia bien situada económicamente en el pueblo de Escalonilla (Toledo)y con un hermano (tio Agricio). La vida les prívó de su madre. Falleció cuando eran muy niños.

El padre volvió a casarse y, la vida les cambió a los dos hermanos. Dejaron de ir a la escuela y tuvieron que realizar las tareas de la casa y el campo.

El matrimonio tuvo una hija, la conocí como tia Concha. Esta tuvo las atenciones que correspondían a una hija nacida en el nivel social y económico de la familia, asistió a la escuela y estuvo siempre protegida por todos, también por sus hermanos. Casó con un militar y tuvo una hija.

Mi querida abuelita nunca reprochó nada a su hemanastra; se mostraba siempre cariñosa y, como desde que nació su sobrina, parece que la tia Concha quedó algo sensible, mi abuelita siempre la protegía llevándola dulces y caprichos que sabía la gustaban.

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